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domingo, 28 de febrero de 2016

En el Jardín Maternal se enseñan contenidos, no se "guardan" niños.

Las y los invito a repensar sobre el lugar que se le otorga hoy en día a los Jardines Maternales. A pensar sobre el valor que se le destina a estas instituciones desde la sociedad.
A ampliar la mirada. A conocer sobre su historia, sus conceptos y de qué manera fueron concebidos hasta la actualidad.
En los Jardines Maternales, NO SE GUARDAN NIÑOS COMO SI FUERAN COSAS. Hay que aprender a dejar de lado este término "Guardería". Si bien, estas instituciones surgen con una función asistencial, a lo largo de la historia, fueron muchos los representantes del Nivel, que focalizaron su mirada y decidieron estudiar y hacer hincapié en esta etapa, que es la primera infancia. Mediante aportes de  teorías, corrientes, estudios y diferentes ramas de la Psicología, el lugar que se le daba a la primera infancia, comenzó a vislumbrarse con otros ojos.  Otorgándole un gran protagonismo al niño, concibiéndolo como un sujeto critico, reflexivo, un sujeto en accion, y no un mero sujeto pasivo, mente depósito, como solían considerarlo algún tiempo atrás. Es por esto, y ante los cambios culturales y sociales que se fueron presentando en nuestra sociedad y en los diferentes contextos, la concepción de sujeto, infancia, y enseñanza, fueron modificándose.

Los Jardines Maternales hoy en día, trabajan con un sustento pedagógico y cuentan con una serie de documentos curriculares, que son la base de la estructura del Nivel Inicial. Las docentes seleccionan contenidos significativos, los cuales se encuentran organizados en ejes y  planifican mediante diversos formatos, teniendo en cuenta las características que cada grupo presenta.
De esta manera, se plasman por escrito y se llevan a cabo, diferentes propuestas, donde el niño se nutre de aprendizajes, experiencias, y estímulos.
Esa es la tarea del Jardín Maternal en la actualidad, brindarle al niño un universo de propuestas innovadoras que le permitan crecer día a día. Estimulándolos, respetando sus tiempos individuales, brindándoles un sostén, una mirada, acompañándolos siempre con la palabra, en sus logros y aprendizajes. Creando un ambiente cálido, que los incentive siempre a volver y los invite a  seguir interactuando con su entorno y todo lo que él le brinda.



viernes, 26 de febrero de 2016

Periodo de Iniciación


El ingreso al jardín maternal, es una experiencia novedosa, ya que muchas veces no existen experiencias previas que les permitan a los niños comprender de qué se trata. La novedad no reside sólo en el alejamiento de la madre, sino en un mundo de sensaciones y percepciones que van desde olores, espacios, voces, cuerpos que son ajenos y desconocidos y que, por ellos, pueden generar ansiedades.
El niño desde los 45 días necesita de una figura que lo acompañe y haga de puente entre el entorno familiar y el nuevo espacio al cual tiene que integrarse. Cuando la separación del núcleo familiar, se produce en este momento, la maestra deberá ser consciente de que el niño aun no puede reaccionar frente a la separación porque no posee la madurez para hacerlo. Es muy importante que en esta etapa tan temprana se le provea al niño de un adulto estable que se muestre dispuesto a interactuar con él, sostenerlo en brazos, alimentarlo, acariciarlo, hablarle y atender a todas sus necesidades, ofreciéndole seguridad y confianza.
En el jardín maternal, uno de los principios básicos prioritarios es el respeto por los tiempos individuales, esto significa que la permanencia del padre o acompañante se decide teniendo en cuenta las necesidades de cada niño y especialmente su momento evolutivo.

Los tiempos, son tiempos del niño, de su figura acompañante, y también los tiempos de la maestra y el grupo. Así, tendrán que ponerse de acuerdo los adultos, tomando en cuenta las reacciones del niño para evaluar y decidir cómo y cuándo se retirará el acompañante. En este momento, la maestra juega un rol prioritario, porque es la que tiene que ofrecer los criterios para interpretar la conducta del niño y evaluar sus condiciones para separarse. Esto requiere conocer el desarrollo emocional de los niños desde su nacimiento para otorgar significados adecuados a sus conductas.

Muchas veces, los padres se defienden ante las ansiedades que les produce la separación de un hijo adoptando dos posiciones. Una consiste en la idealización de la experiencia de ingreso. En estos casos, los padres establecen con la institución un vínculo idealizado, piensan que si bien se separan del niño y delegan su cuidado de otros, han elegido el mejor lugar y las mejores maestras. Esto calma la ansiedad y tranquiliza los sentimientos de culpa que se pueden desencadenar. De esta forma, se percibe a la institución como un lugar perfecto, sin fallas, y se hace difícil que los padres puedan admitir falencias o inconvenientes, prefieren creer que el jardín podrá atender a todas las necesidades sin dificultad.

Por otro lado, encontramos a los padres que demandan un control excesivo sobre la institución, dejando a sus niños en la institución, pero asumiendo una actitud controladora, casi persecutoria, examinando cada detalle. Quejándose ante la más mínima inconveniencia y exigiendo en forma permanente.
Es importante en este periodo, la implementación de estrategias, poder sostener discursos que permitan a los padres ajustar sus expectativas y vincularse con el jardín real, el cual se propone brindarle al niño la mejor educación, y contención, pero a su vez, es consciente de las dificultades y está dispuesto a compartir con los familiares la reflexión sobre lo que es mejor para los niños.

Bibliografía consultada
- “Notas para un debate acerca del ingreso al Jardín Maternal”. Claudia Gerstenhaber.

Recomendaciones que el docente debe compartir con las familias para generar buenas condiciones en este período de inicio:
  •  Informar a los padres sobre el sentido, objetivos y modalidades de trabajo durante el periodo de iniciación.
  •  Planificar algunas actividades junto a ellos.
  •  Realizar reuniones o pequeños encuentros cotidianos donde se explique a los familiares que acompañarán a los niños, la importancia que reviste el modo en que se resuelve esta primera experiencia de separación- encuentro, señalando criterios a tener en cuenta para mantener una actitud comprometida y respetuosa de los niños.
  •  Acordar con cada madre o acompañante las estrategias que seguirán semanalmente. Un plan que respete los tiempos individuales es un plan abierto que puede ajustarse día a día.
  •  Trazar un plan para cada niño que comience con una visita exclusiva a su maestra “a solas”.
  • Compartir criterios y fundamentos de las acciones que se han programado para acompañar este proceso. 
  • Hablar de las dificultades, nombrar los conflictos.
  • Acordar previamente los tiempos.
  •  Anticipar cómo se tomarán las decisiones, cuáles son los riesgos y cómo se abordarán.
  • Diseñar encuentros, reuniones y entrevistas, que permitan a los padres preparase para este periodo.